Los Exhalantes y la magia

Los Exhalantes y la magia

Hablar de los Exhalantes es hablar de la magia en Qíahn.

La magia es algo natural. Es aprendida de manera intuitiva por buena parte de sus habitantes desde la niñez. Manejarla con seguridad requiere instrucción pero apenas existen escuelas y los grimorios son un bien tremendamente escaso. La Sagrada Orden de Cazaexhalantes tiene las suyas, así como el Colegio de Magos, pero nadie ajeno a sus filas es aceptado.

Su carácter es elemental y cualquier ser puede, en principio, conectar con los cuatro elementos físicos, a saber, Agua, Aire, Fuego y Tierra. Los dos primeros son afines a Cara, mientras que los dos últimos son propios de Cruz. Eso no significa que en un mundo sea imposible recurrir a los elementos típicos del otro. Simplemente resultará más difícil y peor visto por sus paisanos.

Pero existe un quinto elemento, el Espíritu. Pertenece a los dioses y prohibieron su uso en la génesis de Qíahn. Es tal su magnitud, su capacidad para la vida y la no vida, que ningún cuerpo mortal puede contener su energía sin sufrir alteraciones. He aquí el origen de los Exhalantes, humanos capaces de sintonizar naturalmente con la magia del Espíritu.

Los Exhalantes tienen el poder de un dios, pero no su voluntad para dominarlo. Constituyen una amenaza para la integridad del mundo y una aberración, un insulto a las divinidades. Esa es la causa del mandato sagrado de capturarlos, vivos o muertos, para ser transportados al Orbe. Allí no podrán causar daños a ninguna de las criaturas de Qíahn, incluidas las favoritas de los dioses: los humanos.

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